En 1939, E.G.C. Brandt, miembro del Parlamento de Suecia, propuso para el premio Nobel de la Paz, a Adolf Hitler.
Lo propuso en febrero, siete meses antes de la invasión de Polonia (fecha oficial de inicio de la II World War). La propuesta no se aceptó.
Aunque el Nobel de la Paz ha premiado a algún personaje de dudosa fama, que Hitler lo hubiera obtenido sería un estupendo paradigma de las anormalidades del mundo.
Por aquellos años, Hitler era considerado como uno de los más brillantes estadistas. Capaz de hacer resurgir Alemania de las charcas de la Gran Guerra, reactivar la industria (especialmente bélica), y aunar (por la fuerza sí, pero también por su carisma y la maquinaria propagandista que tenía detrás) la idea que –y cito a Hess– “Hitler es Alemania y Alemania es Adolf Hitler”.
En momentos de crisis e incertidumbres sociales, no faltan los iluminados que se creen inspirados por una fuerza superior. Y no faltan los que dejan que otro piense por ellos, y se limitan a creer. Porque creer siempre es más fácil que cuestionar.
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Hoy es 28 de diciembre, día de los Inocentes, una fecha perfecta para esta noticia, porque puedes preferir pensar que es una broma…
Consultemos la Base de Datos de los Premios Nobel: http://nobelprize.org/nomination/peace/nomination.php?action=show&showid=2609
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1 comentario
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domingo, 28 diciembre 2008 a 4:41 pm
Clara
Jo prefereixo no creure en els Premis Nobel, i menys de la pau. El 2007, una de les candidates a guanyar-lo va ser Irena Sendler-una infermera que va salvar uns 2500 nens jueus dels nazis – al final, però, li van concedir el premi a l’Al Gore ¬¬
(i això no és broma, malgrat el dia!)